Crónica de un cambio de look anunciado

Inquieta como siempre, una mujer que no temía destrozar su cabello andaba en la búsqueda de su nueva apariencia ideal y como ocurre muchas veces la casualidad entra en su ayuda. Un café, charla informal y de pronto las fotos de una revista le dicen que es lo que quiere, en un acto totalmente reprobable y fuera de toda ética, esta mujer arranca y mirando hacia todos lados con un aire de total culpabilidad, esconde dos páginas de la revista inspiradora y las guarda en la bolsa de su abrigo.

Llega el fin de semana y con dinero de la quincena en mano va a comprarse un tinte de un tono parecido a la modelo, pero lo más importante, acaba de descubrir un salón de belleza nuevo que desde afuera no se ve tan mal y decide serle infiel a su estilista, sino de cabecera, si quien le ha dado los mejores resultados y pone en las manos de una desconocida su cabellera, su vida y su reputación.

Saluda, educación ante todo, nuestra intrépida (o enloquecida) mujer dice:

- ¡quiero este corte!- sacando de la bolsa de la sudadera las hojas de la revista sustraida días atrás. La estilista no muy convencida, empieza a lavarle el cabello y a mencionar lo reseco que lo tiene, uff trata de vender productos y yo sólo quiero un corte, piensa la mujer pero se arma de paciencia y espera a que la lleven frente al espejo. La estilista convencida al fin que no venderá ningún producto para el cabello empieza a ver el famoso corte, - esto lo voy a hacer con sólo navajas, y te lo tendrás que peinar con pistola, planchas y .... menciona-, hágalo y que quede igual de corto que el de la fotografía- responde la mujer y al decir esto ve la mirada pero nada convencida de la chica cortadora de cabellos.

De pronto, empieza a escuchar navajazos sobre su cabeza y aunque el temor quiere hacerse patente nuestra valiente mujer hace a un lado el miedo, momentos después ve caer su cabello al piso pero en extensiones más largas de lo que imaginaba, se consuela pensando lo guapa y distinta que se verá, a la entrada del salón su cabello era castaño chocolate y le llegaba a los hombros. La estilista termina y empieza el secado y el peinado, - ¡si se te ve bien!- menciona una vez terminado -¡claro que se ve bien! responde la mujer con nuevo peinado y piensa -está bien que mi cara no sea tan perfecta como la modelo ni el óvalo de mi rostro sea alargado sino más bien como corazoncito pero fea no soy- y de pronto con espejo al frente y atrás ve su corte, sonríe pero ahora la no totalmente convencida es ella, no se ve mal pero bien... quien sabe, paga, propina y se promete no regresar al lugar.

Primera prueba, su familia, puntos a favor: 3 en contra 3 ¡gran ayuda!, domingo, tinte rojo granada y empezar a aprender a peinarselo, buen intento y buen resultado, pero nota que el cabello es más corto de lo que originalmente pretendía ¡la estilista la tuzó! lo bueno que el cabello crece.

Martes fin de semana largo, (oficial en el país no porque ella haya tenido flojera de lunes) en la oficina miradas hacia su cabello, a favor quien sabe cuantos sean sinceros y en contra seguro más de los que imagina -paranoia citadina-.

Imagen inspiradora

Tiempo de peinado entre 15 y 20 minutos, conclusión 1, se siente más que contenta o feliz, resignada y va contando el tiempo para que el cabello crezca y puede en realidad peinárselo así, conclusión 2, tiene que acostumbrarse a que la gente se le quede viendo a la cabeza cuando sale peinada estilo caricatura japonesa, por los piquitos paraditos que le quedan en las mañanas.

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De último minuto, viendo en la red cosas de cine, acerca de Crepúsculo -la película más mencionada este fin de semana por acá- encontré este peinado de una de los personajes y se me hice como que conocido