Lo que hacemos siempre tiene una consecuencia.

 Un caso que me ha hecho pensar desde hace tiempo ha sido la situación del actor mexicano Pablo Lyle, quien en un desafortunado momento, tomo una mala decisión que cambio la vida de dos familias.  

Por personas honestas que seamos, un instante puede cambiar la vida de cualquiera.

Cuidemos nuestras acciones, cuidemos nuestras reacciones, la vida es tan frágil, la vida puede torcerse en un solo segundo.

Dios los bendiga.



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